Diario LOS ANDES. Suplemento CULTURA.
Mendoza, Argentina. Sábado 1 de diciembre 2007
Cuando la naturaleza y la cultura son derechos de todos
La laguna El Viborón es hoy ámbito de talleres y encuentros.La jornada en El Viborón incluyó una puesta teatral que abordó el conflictivo tema del agua.
El sábado 17 y domingo 18 del corriente, diversas organizaciones sociales de Mendoza se reunieron en la laguna El Viborón -espacio recuperado por la comunidad, en Maipú- para realizar un encuentro de educación popular como parte de una experiencia de formación realizada durante todo el año. El sitio es conocido como la laguna El Viborón y está ubicado en Rodeo del Medio (Maipú). Es una zona rural, rodeada de campos cultivados, algunos incultos y otros destinados al pastoreo de cabras. Esta laguna es un gran reservorio hídrico de nuestra provincia y también reviste una importancia histórica y cultural. Además alberga numerosas variedades de fauna acuática (permanentes y migratorias) y flora típica de la región cuyana, ambas en peligro de extinción.
"En agosto de 2006 nos enteramos que este lugar estaba abandonado y en grave peligro ambiental, por lo que decidimos protegerlo". Las palabras corresponden a un miembro de una de las seis organizaciones que trabajan y cuidan a la Laguna El Viborón. Dichas organizaciones (Asociación Cayé Cheyná, Huellas, El Andamio, Campo Flores Núcleo Maipú, Apropal y Coopafes) abordan áreas culturales, sociales, de derechos humanos, y distintas problemáticas del campo y de la ciudad.
"Empezamos acciones de limpieza, administración, inversión en materiales y mano de obra para reparar las habitaciones, el antiguo quincho y la construcción de un muelle, la planta experimental de bío-gas a cargo de Agustina Barros y de un grupo de investigadores en energía alternativa, cuidado del lugar y de los visitantes lugareños que eligen allí pasar un día en familia".
Con el objetivo de proteger el lugar, las organizaciones contactaron y trabajaron con profesionales del Cricyt, a través de dos de sus áreas, la oficina de transferencia técnica a cargo del Sr. Roberto Sosa, y el Iadiza, a cargo del destacado investigador Virgilio Roig, y a la Dra. Elba Pesceti, ornitóloga. Se hicieron importantes relevamientos faunísticos, análisis del agua, llegando a determinar que por su ubicación la Laguna es lugar de paso de algunas aves migratorias y por lo tanto ruta aviar, además de albergar algunas especies en peligro de extinción y otras protegidas por la ley. Además, se abrió un espacio de coordinación con otras áreas de aplicación y organismos e instituciones interesadas en impedir el daño ambiental del lugar, como Recursos Naturales, la Red Ambiental Oikos, la Fundación Cullunche, la Municipalidad de Maipú a través de la Dirección de Medio Ambiente, y propietarios colindantes a la laguna que han expresado su deseo de conservación del lugar.
"Lo que pretendemos es que este lugar sea tanto un reservorio natural como de uso de la sociedad, ya que (… ) éste es el único lugar más cercano al que puedan acceder los sectores más humildes de nuestra población. Por tal motivo es que ya hay una resolución de Recursos Naturales declarando al humedal laguna El Viborón zona de interés de conservación."
El testimonio de otro de los participantes permite entender el significado y la dimensión que se le ha dado a la laguna: "Las seis organizaciones nos hicimos presentes en el lugar y ante la permanente ausencia de espacios naturales disponibles comenzamos el sueño de hacer de ese sitio un espacio de encuentro para los campesinos, los chicos de nuestras barriadas, los lugareños, los estudiantes, un espacio para disfrutar de la naturaleza, encontrarnos, aprender, capacitarnos, discutir ideas, propiciar la discusión política (sobre los recursos naturales como derechos y no como mercancías, la propiedad privada vs. la propiedad pública, etc.), tejer nuevas redes, hacer interactuar al mundo académico con los saberes populares, realizar talleres, generar trabajo, hacer huertas y granja, divertirnos, descansar, practicar deportes (nadar, pescar, andar en bote, fútbol, etc.) celebrar la vida y la lucha cotidiana… en fin, seguir construyendo colectivamente un mundo distinto."
El tercer fin de semana de noviembre, y en el marco de un momento conflictivo en la Laguna (ver recuadro aparte), otro grupo de organizaciones realizó un Encuentro de Educación Popular con motivo de apoyar el proyecto colectivo de "Laguna El Viborón, ¡la laguna de todos!".
Cuando el conocimiento se construye entre todos
Desde comienzos de este año se viene desarrollando en nuestra provincia un espacio de Formación de Educadores Populares junto al equipo "Pañuelos en Rebeldía" de Buenos Aires. La experiencia se inicia por la necesidad de varias organizaciones populares locales: la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST), la Organización de Trabajadores Rurales de Lavalle (Otral), la Casa de la Expresión, la Cultura y el Arte (CECA), el Centro de Aprendizaje Comunitario del Bº La Favorita (CAC), la Biblioteca Popular Mirador de las Estrellas de Tupungato, la Biblioteca Popular Pablito González del Bº La Gloria, El Hombrito Rincón de la Cultura del Bº La Estanzuela, la Asamblea por el Agua Pura del Gran Mendoza, el Grupo Encuentro de Guaymallén, la Escuela Popular de Teatro, la murga Enviados del Momo del Bº La Gloria, el colectivo de Comunicación Popular, y la agrupación Hijos de Mendoza. La Educación Popular, como teoría y práctica pedagógica, surge con la sistematización de experiencias que Paulo Freire desarrolla en comunidades campesinas de Brasil, durante las décadas de los ’60 y ’70. Propone una pedagogía no para, sino de los oprimidos; es decir como educación que se construye desde las clases populares y oprimidas para su liberación y dignidad".
La dinámica del taller que se está realizado busca que el momento teórico de la formación se enriquezca dialécticamente con una práctica concreta de organización popular. Práctica sobre la que luego se reflexione para lograr nuevos aportes a la experiencia colectiva. Por eso, y ya como cierre del Encuentro de Educación Popular, durante el domingo se realizaron en El Viborón distintas actividades socio-culturales. Desde muy temprano, las 50 personas que concurrieron a la laguna se separaron en comisiones de trabajo, que tenían como fin continuar con la labor de recuperación que se está haciendo en el espacio.
Los grupos, se encargaron de llenar de agua los baños públicos, reparar el desvencijado muelle, hacer el tapón para el correcto drenaje del agua de la laguna, limpiar el lugar, cocinar para los allí reunidos (unos ricos fideos con tuco). Durante el día, se pusieron en común actividades de formación y articulación social desarrolladas en diversos lugares del país. La jornada se cerró con la obra "De ciertas aguas", del elenco de teatro callejero "De la acequia pa’fuera". Basándose en las técnicas de Teatro Foro (tomadas de Augusto Boal), todos los presentes terminaron actuando, a su parecer, el final de esta inconclusa obra de teatro, que trata la problemática del agua, cuya desigual distribución actualmente afecta a vastas zonas de la provincia.
Sobre la laguna El Viborón
El perfil social y público con que desde hace más de un año se trabaja en la laguna El Viborón ha permitido que numerosas organizaciones sociales, vecinos y grupos de jóvenes de distintos barrios del Gran Mendoza, hayan podido acceder y vivenciar un lugar de extraordinario valor ecológico, un espejo de agua casi único en la provincia, ya que además de encontrarse a sólo 22 km del microcentro, hay que sumarle que su acceso no tiene restricción económica ni de cualquier otro tipo.Entre las actividades que han tenido lugar en este espacio desde el año pasado hasta el día de hoy, encontramos capacitaciones para productores de la agricultura familiar, encuentros permanentes entre organizaciones barriales y rurales, fue sede de dos Encuentros Nacionales: el de Estudiantes de Geografía y el de Estudiantes de Agronomía.
Finalmente, una de las actividades que más sentido le da al proyecto de El Viborón es la Escuela de Verano. Durante los meses de enero y febrero de este año, participaron de esta experiencia grupos de chicos de los barrios populares de Maipú. Los comentarios sobre sus vivencias, al igual que las visitas que cotidianamente hacen campesinos y habitantes de la zona que se acercan a la laguna y disfrutan de este recurso natural, son claros ejemplos de la importancia social que tiene la existencia de un lugar a disposición de todos.Sin embargo, este proyecto tiene hoy que confrontar con lógicas e intereses individualistas que se expresan en el cotidiano, en amenazas y en la angustia de dedicar esfuerzo a una construcción con final incierto. Como en el orden nacional está sucediendo con otras experiencias de recuperación de fábricas, predios, etc., esta experiencia gestada por las organizaciones sociales enfrenta varias amenazas.
A través de distintas acciones de amedrentamiento a los miembros de las entidades sociales que habitan en el lugar, una dudosa comisión del Club Cristóbal Colón (creada recientemente y sin la participación de las organizaciones sociales) pretende el desalojo para revitalizar la iniciativa privada del antiguo club de pesca. Una iniciativa que además pone en riesgo ecológico a la Laguna. Esto se suma a otro conflicto que las organizaciones debieron enfrentar con quienes niegan el uso comunitario de El Viborón.
El hecho sucedió el año pasado, cuando Isgró, un importante empresario de la zona, intentó en dos oportunidades vaciar la laguna, alegando que la misma perjudicaba sus cultivos.Estos antecedentes muestran los proyectos diferenciados que se están enfrentando en torno a la Laguna.
En última instancia, lo que está de fondo es la cuestión de la función de este patrimonio natural y cultural: si un paraíso para pocos o un lugar donde todos y todas puedan ejercer los tan negados derechos a la recreación, la naturaleza y la producción cultural.